El «IV Congreso de Arte, Ilustración y Cultura Visual en la educación infantil y primaria», celebrado en Donosti del 29 de junio al 1 de julio, se centraba en la mediación crítica dentro y fuera del aula. Me invitaron para compartir mis experiencias en una conferencia sobre Ilustración y cambio social y posteriormente compartí espacio con Aitziber Alonso y Miren Guillo para continuar hablando sobre literatura infantil y juvenil, ilustración y su potencial dentro y fuera de las aulas. Por la tarde conduje el taller “Creación participativa de un álbum ilustrado: de lectores/as a creadores/as de LIJ”.
Está planteado como un taller eminentemente práctico que permite ilustrar colectivamente un álbum, mientras se van descubriendo los trabajos necesarios para realizarlo: el texto o su ausencia, la estructura y el planning, el número de ilustraciones, el formato, la secuenciación de las acciones, la ilustración y las técnicas, ambientación y personajes, el ritmo, elementos cohesionadores, la maquetación, el título, las portadas, las guardas, … y la impresión digital o en papel.
“La vaca Betizu a la sombra del roble” escrito adhoc para el taller, ha sido el álbum que hemos ilustrado, y se inspira en el mensaje del relato “El hombre que plantaba árboles” de Jean Giono. En este caso nos cuenta la historia de una vaca endémica de las montañas del País Vasco, que tras varios días de calor sofocante, decide plantar un roble que le de sombra. Mientras espera que algún arbolito crezca y le cobije bajo sus ramas, ella continúa plantando sin cesar, convirtiendo finalmente aquellos prados abandonados en un frondoso bosque. Como metáfora de cualquier proceso de aprendizaje, y de nuestro transitar en la vida, me parece hermoso, poniendo el foco en el proceso y no tanto en el logro de un resultado concreto. No obstante, si el proceso es hermoso y pleno, posiblemente en algún momento, lleguemos a un resultado rico, como la vaquita de nuestra historia.
El objetivo del taller era compartir una metodología que permita la co-creación de un álbum ilustrado, para su posterior adaptación a las aulas o a los centros culturales. Y algunos otros objetivos planteados han sido:
- Experimentar un proceso participativo a través de la creación artística.
- Reflexionar en torno a las experiencias de trabajo colectivo.
- Visualizar el potencial de la creación del trabajo en red: intergrupal, inter-edad, inter-centros, inter-agentes sociales, intercultural…
- Potenciar la creatividad con trabajos espontáneos y técnicas mixtas.
- Visualizar el potencial del álbum ilustrado como herramienta para trabajar mensaje y valores.
- Experimentar el proceso de creación de un álbum. Pasar de lector/a al creador/a de imágenes.
- Sensibilizar sobre el compromiso que los proyectos artísticos literarios pueden desarrollar en la mejora de nuestro entorno humano y natural (a través del qué y del cómo).
El taller con una duración de 2 horas, era un tiempo de partida muy ajustado, así que para poder realizarlo y completar todas las fases, planteé una facilitación muy estructurada, con tiempos bastante rígidos para cada una de las fases. Doy las gracias a todas las participantes, que con un gran acto de confianza, se subieron al barco de la creación prácticamente a ciegas desde los primeros minutos. Aquí el álbum que ilustramos en tiempo record «La vaca betizu a la sombra del roble» (pinchar para descargar).
El vídeo del proceso muestra el ambiente, la dinámica de trabajo, algunos de los pasos de la metodología y reflexiones finales.
Durante el taller de creación participativa del álbum ilustrado y la reflexión final, se experimentaron algunos resultados interesantes:
- La creación participativa a veces tiene un factor de confianza, pues una no puede controlar toda la creación, ni sabe cómo están desarrollando el trabajo en otros grupos, ni siquiera puede decidir todo lo que ocurre en el suyo, así que enseguida comprendes, que lo más práctico es dar lo mejor de una, sin esperar nada a cambio.
- Crear libremente a partir del caos: Hay momentos que por la diversidad de técnicas que se van proponiendo, las mesas de trabajo se llenan de materiales y experimentaciones, que estimulan la creación y la generación de ideas.
- La creación conjunta ha enriquecido el trabajo, tanto en la generación de ideas como en la práctica artística, los talentos se suman y se retroalimentan.
- Hemos experimentado la relevancia que tienen de los elementos cohesionadores en los proyectos colectivos.
- Disfrutar del proceso, suele ser un proceso gozoso y rico, en el que las participantes terminan el taller con «ojitos brillantes».
- Realización, estima y vinculación con el trabajo. Al contemplar el trabajo final surge un sentimiento de pertenencia.
- También se reflexionó sobre el papel de las facilitadoras, se percibió como «invisible» pero claramente necesario para conducir el taller y posibilitar que emerja la creación.
Como valoración final considero que hemos podido experimentar cómo la ilustración participativa de un álbum es una herramienta que estimula la imaginación y la creatividad, permite trabajar el sentido de pertenencia, vinculación y colectividad, y profundizar en mensajes y valores de mejora del entorno humano y ambiental. Posibilita convertir a los colectivos (infancia o adultos) en creadores/as de cultura y agentes de cambio.
Espero que las semillitas de roble den sus frutos, yo os doy las gracias a todas por vuestra entrega e ilusión, que sin duda hace posible que hayamos disfrutado el proceso.
Registro fotográfico y audiovisual: Imanol Aguirre. Eskerrik asko!
También gracias a Idoia Marcellán-Baraze, co-directora del congreso que nos acompañó en la sesión y que reivindicó el papel de las educadoras/res como facilitadoras.
Espacio de trabajo, Centro Tabakalera que albergó el Congreso.
[ssba]